Luego de 3 años sin ir a unos de nuestros destinos más frecuentados, volvimos a Bonaire. Y fue un reencuentro con viejos amigos, que si bien cada uno se encuentra buscando sus caminos en diferentes países, nos sigue uniendo el mar que amamos.
Luego de algún tiempo de planificación, nos encontramos en Bonaire del 19 al 26 de Junio, embarcando vuelos desde Holanda, Miami, Costa Rica, Panamá, Chile y Venezuela, con una sola idea… Pasar una semana en grata compañía y bucear, bucear y bucear en aguas cristalinas, cálidas, entre arrecifes de coral, peces de colores, tortugas y toda la vida que en ese mar habita.
Como siempre, vamos con una agenda, de manera de optimizar el tiempo y visitar los puntos de buceo que más nos gustan, pero como el fin siempre es disfrutar, somos flexibles a improvisar jaja.
Nuestras inmersiones fueron:
Bonaire Día 1:
- 18th Palms, con la idea de chequear nuestra flotabilidad y adaptación a estas aguas, sobre todo para los que venían de bucear en agua fría y con trajes gruesos o secos. Además este sería nuestro punto más accesible por ser el del hotel donde nos hospedábamos (Hotel Plaza Resort).
- Windsock, entrada muy fácil desde la playa de arena.
- Nocturna en 18th Palms.
Bonaire Día 2:
- Alice in Wonderland, un buceo profundo, donde llegamos al segundo arrecife y luego regresamos al primero menos profundo. En el segundo arrecife, donde siempre hay fauna más grande, lo encontré un poco desierto, esto me llamo la atención y preocupación por nuestros ecosistemas. Si comienza a escasear los peces de mayor tamaño significa un desequilibrio, hace 3 años era más común encontrarse con grandes barracudas, en esta ocasión eran pichones que ni de noche me asustarían.
- Hilma Hooker, en este viaje puedo decir que lo conocí bastante mejor. Este barquito siempre es simpático por lo fácil de bucearlo, esta bastante completo, aunque ya del timón va quedando cada día menos!.
- Red Slave, este punto siempre es esquivo por estar en la punta sur, es frecuente el oleaje y fuertes corrientes, pero en esta ocasión estuvo bastante receptivo.
- Nocturna en Hilma Hooker, ninguna barracuda intimidante. El efecto de las linternas siempre le da un halo de misterio al barco, las langostas son ahora las dueñas del timón.
Bonaire Día 3:
- Oil Slick Leap, siempre será entretenido el gran paso de gigante para entrar en este punto de buceo. Es uno de los favoritos, de esos que no sabes porque pero siempre te regala buenos buceos y en ocasiones, buenas fotos.
- Karpa, con su pared bastante vertical y sus acantilados, ese azul infinito cuando volteas la mirada hacia al otro lado. Separarse del arrecife y admirarlo. estar allí ingrávido en el azul.
- La travesía desde Salt City a Jeannies Glory la disfrutamos con casi dos horas de inmersión continua. Este bosque es uno de los puntos favoritos siempre!!. Esta vez disfrutamos también bastante de los arrecifes.
Bonaire Día 4:
- Boka Bartol, el recordado «vuelvete ñoña» para algunos «boka coñazo» para otros. Este en otra ocasión nos castigó con una resaca dura, fuertes corrientes y mucho oleaje. Por estar en el extremo norte, puede variar mucho sus condiciones, aun así a mi me gusta muchísimo.
- Wayaka, siempre nos regala tortugas simpáticas, no fallan nunca a la cita, y se dejan fotografiar todo lo que queramos.
- Something Special, bucear aquí en pleno Downtown, tiene su encanto. Fácil y cómodo para entrar y salir. Te puedes divertir pasando por los circuitos de flotabilidad cuando entras, y puedes tratar de encontrar los frogfish (alguna vez lo logre, no se si aún están por allí).
- Nocturna en Something Special. Realmente este fue un buceo que sólo Miguel y yo nos animamos a hacer. Todos los demás ya estaban cansados y hambrientos (a pesar de la gran cava-lunch que nos preparo Alberto nuestro amigo en el Restaurant del hotel, que nos consentía en las mañanas con sus cafés confusos, doble tanda, o cualquier otra gracia que su memoria le jugara)
Bonaire Día 5:
- Este día fue un poco a libre elección. La mayoría repetimos Hilma Hooker, como primer buceo. Algunos que estaban realizando la especialidad de barcos lo repitieron 2 veces. Conocer algunos de los espacios internos es interesante, ver la placa, las valvulas, motores, etc.
- Cerramos nuestras inmersiones con Bachelor’s Beach. Algunos lograron ubicar a los caballitos de mar que están por allí. Yo no los vi en esta ocasión. Algunos cardumen. Siempre un buen punto para terminar, una buena semana.
En estos viajes no todo es buceo. Pasamos excelentes momentos conversando y compartiendo entre amigos. Sentarse un rato en el bar de la playa antes de acostarnos a dormir para compartir sonrisas, cuentos, anécdotas, era nuestra practica habitual. Las parrilladas despúes de un día de buceo, cambiaron por cenas más exquisitas, pero igual una noche fue de asado en la playa-
Bonaire fue un respiro de aire fresco, una renovación de animo, un rencontrarse con no solo el calor del caribe sino más que nada el calor de los amigos, algunos nuevos, otros digamos mejor más conocidos, porque nunca más viejos!
Este viaje empezó a gestarse el año pasado desde nuestro viaje a México. Nuestros amigos con los que compartimos ese viaje ya estaban animados con la idea de conocer este año, este destino. Sin embargo, una vez fijada la fecha y ya embarcados nosotros con la idea del viaje a Bonaire, múltiples circunstancias hicieron que no nos pudiesen acompañar.
Aún así, casualmente, como cosa del destino, Carolina (amiga de la infancia de Miguel) justo ahora que ya es buza y vive en Holanda, le comento a Miguel que tenia ganas de hacer un viaje de buceo a Bonaire. Con la frase favorita de Miguel «Te lo tengo» nos comenzamos a sumar al grupo del reencuentro.
Carolina y Luis C. (su esposo, que no conocíamos pero resulto un pana como de toda la vida), fueron los primeros en decir yo voy!. Mis alumnos chilenos (que son mis consentidos, para que negarlo) Christian y Rodri, me dijeron «Ya po, vamos» (o bueno eso lo dijo Christian por los dos jeje).
Mi amigo Víctor y yo teníamos este viaje en deuda desde el 2013, (ahora si lo logramos aunque con nuevos pasajes). Y así se fueron sumando, Carlos, Lucia, Israel (al que Alfieri lo embarco, jeje), Luis y Gemma. Por supuesto no podía faltar mi esposo y alma del grupo, Miguel.
Gracias a todos. Ya con ganas del próximo viaje y próximo reencuentro de amigos… ¿en México?
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