Conocer los accidentes de buceo nos puede ayudar a prevenirlos
Alicia se había hecho buzo recientemente, y estaba totalmente fascinada con ese nuevo mundo, disfrutaba cada minuto bajo el agua. Por desgracia, había podido realizar pocas y distanciadas inmersiones. Se había certificado hace 6 meses y solo tenía 4 inmersiones más registradas en su bitácora, luego de su certificación. Por eso estaba súper emocionada de que realizaría sus primeras inmersiones en el océano aprovechando un fin de semana largo, en el que podría duplicar el número de sus inmersiones. Si no fuera por un dolor persistente en el hombro y el cuello, todo sería perfecto.
El Buzo:
Alicia era una chica de 25 años de edad, activa y en forma. Cuando su abuelo le sugirió que probara el buceo, le pareció una excelente oportunidad para hacer algo nuevo y pasar más tiempo con él también. Él había estado buceando durante años y a ella le encantaba oír sus historias. Cuando supo que se había liberado un cupo para el paseo, no perdió tiempo y se apunto. Su abuelo no podría ir, pero ella quería poder regresar a contarle sus propias historias.
Las Inmersiones:
El plan incluía dos buceos diarios. Alicia no conocía a nadie, por lo que el instructor le asigno un compañero de buceo. El compañero de buceo de Alicia, tenía un par de años buceando y ya contaba con su equipo propio completo, incluyendo la computadora de buceo. Alicia había llevado sus tablas para planificar sus inmersiones, pero al final prefirió seguirlo y guiarse por la computadora de él. En el primer día, hizo dos inmersiones, la primera a 27 metros por 30 minutos, seguida por una a 14 metros por 45 minutos. En el segundo día, hizo inmersiones a 24 y 18 metros, manteniéndose dentro de los límites de no descompresión de la computadora se su compañero. El mar estaba picado ese día, y habían tenido que ayudarla a subir pues las olas remecían la escalera. Al tercer día, hizo una inmersión a 30 metros en la mañana, pero no hizo la segunda pues se sentía cansada. El último día, hizo dos inmersiones a 24 metros y 15 metros respectivamente. Durante cuatro días, realizo 7 inmersiones multinivel sin problema. Hizo paradas de seguridad en cada inmersión profunda, y realizo ascensos lentos al finalizar cada inmersión, aunque no tenía un reloj para controlarlo. Siempre siguió a su compañero de buceo.
El Accidente:
Tras el segundo día de buceo, Alicia tenía problemas para dormir pues sentía dolor en el cuello y hombro izquierdo. Trato de dar vueltas, mover el brazo, pero el dolor no se iba. Lo atribuyo a la salida del agua ese día, en el que tuvo que luchar con la escalera para lograr subirse al barco, por lo que lo ignoro. El último día se dio cuenta que bajo el agua se sentía mejor de su dolor en el cuello y hombro, pero que cuando volvió a salir del agua, el dolor era más intenso. De vuelta a casa el dolor la siguió molestando, se tomo un ibuprofeno, pero no sirvió de mucho. Días después llamo a su abuelo para contarle sobre el viaje y le menciono de su molestia en el cuello y hombro. Después de discutir la situación le sugirió que llamase a un doctor. El médico luego de evaluarla la remitió a la unidad hiperbárica local. Se le realizo el tratamiento de la tabla 6 de la marina de Estados Unidos, estuvo casi 5 horas dentro de la cámara. El dolor mejoro después del primer tratamiento. Recibió dos tratamientos cortos más, y finalmente el dolor del hombro y cuello desaparecieron.
Analisis:
Las inmersiones de Alicia se encontraban dentro de los límites aceptados, aunque es difícil saber con certeza las profundidades y los tiempos exactos de sus inmersiones, pues no tenía un registro propio. Hay muchos factores que influyen en la probabilidad que un buzo pueda sufrir una enfermedad descompresiva, y aun los médicos están tratando de determinar todos ellos. Alicia cometió varios errores, en primer lugar, no estaba monitoreando sus propios perfiles de inmersión. El segundo error fue no reconocer los síntomas de la enfermedad descompresiva. El tercer error fue no decírselo a nadie. No hay una señal única y definitiva que se manifieste en todos los casos de enfermedad descompresiva, pero un síntoma típico es el dolor sin causa aparente. Alicia simplemente ignoro la señal del dolor. Cada vez que un buzo tiene síntomas inusuales, como dolor, debilidad, entumecimiento y hormigueo dentro de las 24 horas después de haber buceado, el buzo debe sospechar la posibilidad de una enfermedad descompresiva. El cuarto error, fue continuar buceando. Cada exposición a la presión después de que los síntomas aparecieron hace que el problema empeore. El quinto y último error fue haber dejado que transcurrieran 5 días luego de haber sentido el dolor antes de buscar asistencia médica. Mientras más tarde se reciba el tratamiento, mayor es el riesgo de problemas residuales permanentes.
Lecciones para la vida:
- Planifica y monitorea tu inmersión, utilizando tus propias herramientas (Tablas, Planificador electrónico, computadora) y monitorea tu inmersión con tu profundímetro y reloj si no tienes una computadora de buceo.
- Aprende a identificar signos y síntomas de la enfermedad descompresiva o de otras lesiones que pudieses sufrir al bucear, de manera de conocer que procedimientos seguir como primeros auxilios. Recuerda que ante la posibilidad de alguna lesión disbárica (sobre expansión pulmunar o enfermedad descompresiva) se recomienda administrar oxígeno.
- Si observas cualquier síntoma o signo que desconozcas la causa, repórtalo y acude a un médico lo antes posible.
- No vuelvas a bucear si existe la posibilidad de que tengas una enfermedad descompresiva hasta consultarlo con un médico.
- Obtén conocimiento y experiencias necesarios: Prepárate antes de bucear, realiza los cursos y especialidades de los buceos que quieres hacer y aprende cuales son los risgos y como prevenirlos, de esta manera reduciras las posibilidades de sufrir accidentes de buceo.
Traducción por Sofía Gajardo del articulo de Eric Douglas en la revista Scuba Diving
http://www.scubadiving.com/training/lessons-life/lessons-life-ignoring-clues-leads-chamber
ingenieria
Mis felicitaciones muy bueno el texto. Saluditos.